Tapa Revista Watt: Romina Richi

Actriz y directora, pero por sobre todas las cosas, artista. Apuntes personales de una mujer cuyo rostro estuvo en todos lados y decidió no quedarse en ninguno.
La enigmática: Romina Richi

- ¿Cómo fue volver a grabar para una ficción, en este caso como Eva (Herederos de una venganza)?
- Creo que no fue difícil, más allá de que los grupos de trabajo siempre son distintos. Fueron adorables, me sentí re cómoda. Volví después de un año y medio…yo no lo siento como tanto, pero en el mundo de la tele capaz que lo es. Fue poco, trabajé unos días. En el medio hice la película…

- Contame sobre el rodaje de Dictablanda. Fuiste elegida para formar parte del elenco de un film internacional…
- No lo veo tan así, lo veo como un trabajo más. Con Juana Viale superamos el casting (en inglés) y fue un proceso de selección importante. Pero hacer la peli fue muy relajado realmente para mí, más de lo que me imaginaba. Tampoco hubo que hacer una construcción importante. El camino te lo pauta el director. En la tele siempre es algo se va construyendo más en el desarrollo; tenés dos o tres premisas para partir. Para la película me tuve que preparar un poco más por el idioma. (Le traen el café y lo mira) Ojalá que sea mitad y mitad, porque si es puro café me muero. (Lo prueba) Está re fuerte. (Pide que lo cambien) Me hace mal tanto café. Lo hago para despertarme, pero ya me tomé dos…Ahora tengo un par de proyectos de teatro, de algunas pelis. Estoy escribiendo mucho y estudiando idioma, inglés intensivo y segundo año de francés. Siempre empecé, pero nunca lo continué.

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